Los efectos del COVID-19 no son visibles todavía en el precio de la vivienda del primer trimestre de 2020. En Rumania las restricciones de movimiento comenzaron el 9 de marzo y el 16 de marzo se instauro el estado de urgencia. Esta situación excepcional no ha tenido hasta el momento, un efecto visible sobre el precio de la vivienda. El ritmo anual de crecimiento de los precios solicitados por los propietarios de viviendas ha crecido hasta el 9,5% en comparación con 2019.
El avance trimestral ha sido del 2,7% a nivel nacional. En lo que a precios de transacción se refiere, la demanda ha sido hasta el momento mucho mayor que la oferta existente. El comienzo de 2020 ha sido muy prometedor para el mercado residencial en Rumania.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística se finalizaron 67.512 viviendas a nivel nacional durante el año pasado, el mayor nuero de viviendas finalizas durante un año desde los últimos 30 años. La demanda registro valores mayores que el año anterior. En el primer trimestre, se registraron más de 133.000 inmuebles vendidos en el Registro de la Propiedad, un 14,7% más que el año precedente. Incluso el mes de marzo se vendieron 48.378 inmuebles, 3813 más que en marzo de 2019.
Así mismo el número de personas con intención de adquirir una vivienda en las 6 ciudades más grandes de Rumania creció un 4% en los primeros 3 meses del año. Tras varias semanas de caída tanto de la oferta como de la demanda, la gente comienza a buscar de nuevo viviendas a la venta. El mercado comenzó a bajar el 9 de marzo y hasta el 29 de marzo se registró un descenso del 70% en la demanda y hasta un 60% en la oferta, en comparación con los meses precedentes.
Aun así, comenzando con el 30 de marzo los precios indican una vuelta gradual del interés por la compra de una vivienda, apreciándose un crecimiento medio del 10% por semana. La incertidumbre sobre el impacto que la crisis del COVID-19 pueda tener en el mercado inmobiliario de Rumania dependerá de la duración de la crisis y los efectos de las medidas tomadas por las autoridades, como también de la protección de los puestos de trabajo e ingresos de la población. El déficit de propiedades disponibles a la venta existía antes de la crisis. Se espera que este déficit crezca, por lo que es importante que los promotores residenciales y los bancos continúen invirtiendo en construcciones nuevas. La demanda no ha desaparecido completamente, los compradores e inversores que se encontraban en estados avanzados para la compra de vivienda continúan teniendo confianza en el mercado. Aun así la reducción del volumen de transacciones en el segundo trimestre pondrá en aprietos la evolución de los precios y la estimación del valor de mercado de las propiedades inmobiliarias.