Los activos residenciales en Rumania están subvalorados, lo que deja un espacio para el continuo crecimiento de los precios. A condición de que la tendencia positiva del mercado laboral siga como hasta el momento. Es la conclusión al análisis realizado por los analistas de la compañía de consultora Colliers Internacional Rumania.
A pesar de los riesgos crecientes, se ha llegado a una conclusión inequívoca. Es un hecho que Rumania tiene un mercado subvalorado, los aspectos positivos tienen más peso, en estos momentos, que los riesgos: los precios están un 40% por debajo del máximo alcanzado antes de la crisis, al mismo tiempo los ingresos de las familias han crecido más de un 70%. Solo con estos dos datos podemos considerar que los activos residenciales de Rumania no están sobrevalorados, porque aún hay margen para la subida de los precios siempre y cuando la tendencia del mercado de trabajo continúe.
Los Agentes inmobiliarios advierten que existen algunos elementos de vulnerabilidad en el mercado inmobiliario residencial. Entre los elementos más importantes está el nivel precario de educación financiera, que conduce a los compradores a la situación de acceder a créditos mayores que los que podrían reembolsar en el caso de que la economía entre en un periodo de corrección. La tentación del crédito es mayor y representa una realidad económica, por otra parte no hemos tenido, desde la caída del comunismo, muchos ciclos de “boom-bust”, para aprender lo que significa endeudarse a largo plazo.
Uno de los argumentos positivos en favor de la subvaloración de las propiedades residenciales en Rumania lo publica el Banco Central Europeo en relación con los riesgos sistémicos. Los indicadores del BCE muestran que Rumania tiene el mercado más subvalorado de la UE. En 2007 en cambio el mercado rumano se encontraba entre los más sobrevalorado.
Los autores de este estudio, añaden que la oferta de vivienda en Rumania ha comenzado a adaptarse al poder de compra real, con medidas como la reducción de las superficies construidas. Aun así, constatan que las superficies de los apartamentos construidos en el último año son mayores, hecho que puede estar en relación con el aumento de ingresos de la población.
Por otra parte si presuponemos que los empleos que se crean en los grandes centros urbanos son de buena calidad y los ingresos de estos nuevos empleados están por encima de la media esto vendría a sostener una demanda solida de vivienda.